lunes, 22 de diciembre de 2008

LA TARDE


Esa tarde le esperaba con especial impaciencia, hace tiempo que no le veía, la verdad es que en los últimos tiempos no se veían mucho, por algunos problemas, y por otros asuntos, la cosa es que se ven algunas tardes durante la semana y estando acostumbrada a verlo todos los días y pasar la tarde con él, ella no termina de acostumbrarse a la nueva situación, aunque la acepta.
Pero verse algunas tardes durante la semana, es una verificación de que aun están juntos y a ella, es lo único que le importa, es lo le mantiene el deseo de seguir viva, y de seguir luchando, aunque es cierto que a veces se pregunta para que lucha y que espera conseguir.

Con la ilusión que siempre le pone al preparar las cosas para él, ella prepara la comida, una ensalada de ahumados, y de segundo carne al horno, todo ello acompañado por un buen vino, y como broche especial, un delicioso postre.

A todo esto no olvidando el amor que ella le tiene, y que no se esfuerza en ocultar en ningún momento.

La mesa bien adornada, y la estancia perfumada con aceites esenciales y velas hacen del lugar un sitio acogedor.

Después de comer y en la sobremesa, ella no quiere continuar reprimiendo el deseo que tiene y la necesidad de besarlo, se abraza a él y se atan en un beso, ¡tan deseado!
Estar entre sus brazos, sentir el calor de su cuerpo, estar pegados sin moverse, es un placer que nunca puede describir; es algo que añora tanto, en los últimos tiempos.

Mientras se siente abrazada por él, piensa, cuanto le ama.

Acaricia su espalda, como queriendo quedarse con su tacto en la yema de sus dedos, acaricia después su pecho, bajando sus dedos despacio, para pararse allí… y justo nota su hombría, como se crece ante el roce de sus manos, se acerca mas, le besa, quiere sentir el deseo de él, ella no lo duda,!cuanto le desea!

Se desliza sobre él, sin dejar de acariciarle y sintiéndole cada vez más grande y más hambriento.
Entonces se posa sobre sus caderas y se abandona con él, siente como se adentra en ella, hasta llenar todo el vació que hasta entonces tuviera, ella le hace el amor, cabalga sobre él lento y suavemente, hasta sentirse desfallecer de placer, ahora se apresura y pide mas, él la besa, juega con ella, hasta que explotan en un éxtasis de placer. Menguando el ritmo, pero sin parar, continúan saciando el deseo y manifestando el amor.

El le susurra al oído, tu y yo hemos nacido, para hacer el amor, somos pura química, ¡cuanto te necesitaba!

Ella escucha y calla, porque tiene tanta necesidad de él.

A sido un encuentro de pasión como hacia tiempo no tenían, quedan abrazados, y ella vuelve a pensar, para eso ha venido a este mundo, para amarle, por el vive, por el respira, y por el es mujer; cierra los ojos y se traslada como tantas veces a su mundo, un mundo en el que solo están él y ella, donde por fin puedo amarlo sin reservas, sin que sea prohibido.

Sabe que es un sueño, pero le gusta soñar, también sabe que muy pronto volverá a su realidad, una realidad distinta por completo a ese sueño.

Y cada uno partirá por lugares distintos, se dirán adiós, hasta que vuelvan a verse.
Esta es su historia.

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