lunes, 1 de diciembre de 2008

EPILOGO DE UNA VIDA


Dices que estoy triste y tienes razón.
Dices que estoy extraña y es así como me siento yo.
Deja que te diga que motivos tengo si estoy extraña, y esta pena que tengo.
Dividiría la vida en cuatro partes, y en ese caso estoy en la tercera etapa de ella.
De pronto me levante una mañana y me vi aquí,
viviendo una vida de la que no gusto desde hace tiempo.
Hace tanto tiempo mi querido esposo que ya ni recuerdo.
Por eso me pregunté, ¿que haces que no cambias tu vida?
O lo haces ahora, o nunca sabrás si estabas equivocada.
Porque en la ultima no cambiaras.
Pero ya ves pasa el tiempo y continuo perdida extraña y triste pero no hago nada.
¿ será cobardía? O ¿ conciencia de las necesidades de otros?
Sea como fuere, no me atrevo a marcharme,
y eso me hace extraña, porque me siento encarcelada por mí.
Y me pone triste porque esta etapa de mi vida no durará mucho,
y se me va la oportunidad.
Y también me pone triste porque te tengo a ti
mirándome tan triste como yo, y sin saber que hacer.
Y me siento mala por no conformarme.
Y ahora cuéntame aunque no me entiendas. ¿ puedes ayudarme?
Mi querido esposo, nunca vas a leer esto, pero he conseguido decirlo.
Si acaso lo lees no te sientas mal que no fue tu culpa.
La culpa fue mía, me casé muy joven y
yo no sabía a que me enfrentaba, ni que me venía.
Pero le hice frente y afronté la vida, no resulto fácil, intenté vivirla.
Me he esforzado siempre por ser yo feliz y hacértelo a ti,
contigo no sé si lo conseguí.
Pero conmigo ya ves, sumida en deseos de conocer,
siempre con mis incertidumbres y mis dudas.
Que no he sido feliz, no me atrevería a decir
porque no sería verdad, pero necesito más.

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